El 22 de abril de 1985 se editaba el álbum debut de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota bajo el onomatopéyico título de Gulp!. Por aquel entonces los ojos del país estaban puestos en el inicio del Juicio a las Juntas que habían gobernado al país entre 1976 y 1983. Era el primer paso de un proceso judicial que iba a hacer historia en el mundo.
El grupo por entonces liderado por el cantante Carlos Indio Solari, el guitarrista Eduardo Skay Beilinson y la representante Carmen Negra Poli Castro, estaba lejos de ser uno de los tantos grupos que habían surgido de la segunda fundación del rock local, bajo el paraguas protector y difusor de la guerra. Ya contaba casi ocho años de su difusa fundación oficial, y muchos más de peregrinaje en diferentes manifestaciones de la cultura rock.
Con base inicial en La Plata, tenía raíces en la experiencia comunitaria de La Cofradía de la Flor Solar, el cine de vanguardia, la lectura de los beatniks y el paso por bandas de rock como Diplodocum Red & Brown. A la hora de grabar Gulp!, ya se habían instalado en Buenos Aires como centro de operaciones. De a poco fueron despojándose de las variedades y de los bocaditos de ricota que repartían en sus shows. Habían cerrado filas en torno al formato de una banda de rock (no tan) clásico en el que de alguna manera sintetizaban aquellas influencias.
El comienzo de una era
Gulp! fue lanzado en tiradas limitadas y se agotaron fácilmente las primeras 6.000 copias. Los mismos músicos lo llevaban a las disquerías de los barrios para colocarlos en alguna batea y también los ofrecían en los conciertos donde tocaban habitualmente.
El escritor Marcelo Figueras dedicó varias emisiones del programa “Big Bang” (FM La Patriada) al análisis de los discos de Patricio Rey y del Indio, y sobre el origen del nombre contó: “El título remite a una onomatopeya, de las que se usaban en las historietas. El Indio era fan de las historietas desde pequeño. ‘Gulp’ es el ruido que ponen en el globito cuando alguien se traga algo, y tenía que ver con esta sensación: que nos estábamos tragando algo groso como pueblo, a pesar de que en la superficie parecía estar todo bien y que había vuelto a imperar la libertad entre nosotros”.