Crítica: Hachiko 2 o cómo volver a llorar

Hachiko 2 llega esta semana a los cines

Aunque por el título lo parezca, Hachiko 2 no es una secuela, es más, tampoco hay un Hachiko en la película. Y aunque pierde un poco su “magia” original, la cinta del director Xu Ang igual te hará llorar.

Es conocida la historia que se mantiene en  la cultura japonesa del perro ejemplar de raza akita que en 1924 fue adoptado por el profesor Hidesaburo. Lo acompañaba todos los días a la estación de trenes, para esperarlo regresar del trabajo. Al año y medio, el profesor falleció, pero Hachiko continuó durante una década regresando a la estación para buscarlo.

Esta nueva cinta muda la historia a China. Es que más que una secuela es una remake, pero por cuestiones de marketing han decidido dejarle ese título. Aludiendo a la ‘Hachiko: Siempre a tu lado’ (2009) con Richard Gere, la cinta pretende volver a emocionar, y en un punto lo logra.

Batong (así se llama ahora) es un lindo perro pastor chino. Conoce a su dueño Chen Jingxiu entre la gran multitud y se convierte en miembro de la familia Chen. Con el paso del tiempo, la casa que alguna vez fue hermosa ya no está allí, pero Batong espera y espera, sabiendo que su destino está estrechamente ligado a su familia.

Si bien en un primer momento es el profesor quien lo adopta como su hijo menor, el resto de la reacia familia de a poco se irá encariñando.

El viaje de Batong

Esta es una de esas películas en que se sabe el final pero lo atractivo es el viaje, aunque no esté tan bien logrado como la versión de 2009. Es que al comienzo cuesta engancharse y la actuación Xiaogang Feng como el profesor Chen no parece transmitir mucho al comienzo. Sin embargo, dándole una oportunidad, o dos, la dinámica entre el hombre y su perro termina de formarse y tiene momentos de ternura.

Como cuando el respetado profesor frena su rutina para “reflexionar” con el perro y enseñarle a llevar el diario a su esposa. Todo frente a la mirada de comerciantes de la zona que se quedan sorprendidos de esa amistad. Ellos serán quienes lo cuiden cuando la familia Chen ya no esté.

En fin, Hachiko 2 tiene poco de la esencia de esa película que nos hizo llorar hace más de una década, pero quien diga que no se le escapa una lágrima al verla miente.

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