Salvaje y frenética, así es La Princesa, la película de Le-Van Kiet (Furie) que llegó a Star+ a finales de julio pasado con Joey King (The Kissing Booth) como protagonista.
La historia gira en torno a una bella princesa de fuerte voluntad quien se niega a casarse. Hasta ahí nada diferente a Brave (2012) de Pixar o a (Des)encanto, la serie de Matt Groening para Netflix. Como ellas, la protagonista de La Princesa (que no tiene nombre) decide forjar su propio destino, pero con la diferencia que de ello depende su futuro y el del reino.
El cruel sociópata con el que está prometida decide secuestrarla y encerrarla en una torre remota del castillo de su padre para luego tomar el trono. Así las cosas, ella deberá escapar de su prisión y acabar con aquellos que amenazan la paz del reino.
Todo transcurre casi en tiempo real con excelentes tomas aceleradas y de mucho movimiento, acompañando cada acción de la protagonista. Muy al estilo de John McClane, King enfrenta a un sinnúmero de soldados que invaden su hogar, reluciendo habilidades que tenía escondidas. Todo con mucha acción, sangre y un toque de humor.
En La Princesa no hay damisela en apuro, no hay príncipe azul, no hay caballero heroico. Todo es controlado por la joven que va transformando su vestido de novia en uno de guerrera. Del peinado y vestido ostentoso a las botas, el cinturón, la espada, cortes y sangre en la cara.
A continuación, Fede Gomez cuenta más de la peli: